.

lunes, 5 de marzo de 2012

A la Señora Lola le dio un ataque al corazón

Hoy al mediodía, cuando mamá llegó para comer, estaba muy nerviosa y preocupada. El motivo fue que la Señora Lola, la dueña de la peluquería en la que trabajaba, se había encontrado mal. No sabía muy bien que le había pasado. Al parecer se desmayó cuando estaba peinando a una de sus clientas y todas se asustaron mucho. Tuvieron que llamar a una ambulancia que decidió trasladarla al hospital, para poder examinarla mejor.

A pesar de que mamá no podía hacer nada, ella se sentía fatal. Apreciaba mucho a la Señora Lola porque llevaba muchos años trabajando con ella y siempre la había tratado muy bien, casi como de la familia. Papá intentó animarla diciéndole que seguramente no sería nada. También le dijo que debía comer algo y después irían a verla para saber cómo estaba. Aunque ella agradeció mucho su apoyo, no fue capaz de tragar bocado.

Decidieron esperar a que yo volviese del colegio para ir a visitarla. Cuando llegamos, papá preguntó en recepción por ella y le dijeron que estaba en una sala esperando por el resultado de unas pruebas.

-¿Podemos verla? -preguntó mamá.

-Esperen ahí en la salita que ahora les aviso -contestó la recepcionista.

Nos dirigimos hacia la sala de espera y allí nos encontramos con el marido de la Señora Lola, que estaba sentado con cara de preocupación. Al verlo, mamá se dirigió hacia él para darle todo su apoyo y preguntarle si sabía algo. Él agradeció mucho que estuviésemos allí en aquellos momentos, pero los médicos le habían dicho que era un infarto y que su situación era delicada. Al escucharlo, mamá se puso a llorar y yo me quedé sorprendida porque no comprendía nada.

-¿Se va a morir la Señora Lola? -pregunté a papá en voz baja.

-No cariño, tenemos que ser positivos y pensar que se va a recuperar -me contestó.

-¿Qué es un infarto? -volví a preguntar.

-Es un fallo en el corazón, significa que durante un rato deja de latir -me explicó.

Era la primera vez que escuchaba algo así, no sabía que el corazón podía pararse y arrancar de nuevo como si fuese el motor de un coche. Siempre pensé que si este dejaba de funcionar te morías, pero parece que no. Entonces,  mientras yo seguía absorta en mis cavilaciones, llegó el médico que la atendía.

-En este momento ha pasado el peligro. Se encuentra estable, dentro de la gravedad -dijo el doctor.

-¿Puede recibir visitas? -preguntó mamá.

-Sí, pero solo dos personas que no conviene excitarla -respondió.

Entonces entraron su marido y mi mamá, mientras papá y yo salimos afuera para esperarles. La visita tan solo duró diez minutos y cuando mamá salió estaba con los ojos llorosos. No me gustaba nada verla así y no sabía muy bien qué hacer para que se sintiese mejor, así que decidí abrazarla sin más. Yo pensé que con eso conseguiría que estuviese bien, pero para mi asombro lo único que conseguí es que rompiese a llorar. A veces es difícil saber cómo actuar con los mayores.

Pasados unos minutos, mamá se recompuso. Se dirigió hacía el marido de la Señora Lola para pedirle que la tuviese al corriente de su evolución y que mañana volvería a visitarla. También le dijo que cualquier cosa que necesitase no dudase en pedírsela. El pobre hombre se emocionó al escuchar sus palabras y les agradeció a mis padres lo amables y cariñosos que estaban siendo con él en aquellos momentos.

De regreso a casa mamá le contó a papá que no había visto muy bien a la Señora Lola. Estaba con respiración artificial y sedada para que no sufriese. De todas formas los médicos parecían optimistas y creían que se recuperaría aunque su vida tendría que ser diferente. Probablemente tendría que dejar de trabajar y tomarse las cosas con tranquilidad.

-¿Vas a perder tu trabajo mamá? -pregunte de pronto, interrumpiéndoles su conversación.

-Lo importante ahora es que ella se ponga bien, lo del trabajo ya veremos qué ocurre -me contestó.

No quise preguntar nada más, pero me quedé muy preocupada. Primero papá había perdido su trabajo por culpa de la malvada Señora Crisis y ahora mamá veía peligrar el suyo. ¿Cómo íbamos a vivir entonces? ¿Por qué parecía no preocuparle? Yo que pensaba que lo peor era lo de papá y ahora me daba cuenta de que las cosas podían ponerse aún más difíciles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario