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jueves, 20 de noviembre de 2014

Naiara

Hace poco más de un mes que nació Naiara. Ella es la nieta de mi autora, Silvia, a la cuál, la idea de ser abuela no le hacía mucha gracia, según le escuché decir a mi mamá. No entendía porqué no. Los bebés son muy lindos, pequeñitos y suaves, a mí me encantan. Creo que son lo más bonito del mundo. Entonces ¿Por qué a Silvia no le gustaban? Seguro que había una respuesta lógica para aquella pregunta…o no. Pero esta tarde estaba decidida a descubrirlo, ya que iríamos a conocerla.

Antes de ir a su casa, fuímos a comprar un regalito para Naiara. Así que de camino paramos en una tienda de bebés. Era un mundo en miniatura y me gustaba todo lo que tenían: desde los vestiditos, bodys, calcetines, pantalones, jerseys, etc, todo era precioso. Me costaba decidirme entre tantas cosas, si por mí fuese compraba la tienda entera. Pero claro, eso era imposible. Finalmente le compramos un pijamita de color rosa con un osito dibujado.

-¿Estás segura que esto le servirá? -pregunté al ver el tamaño del pijama.

-Claro cariño, es un bebé y no es más grande que tu brazo -contestó la dependienta con un guiño.

-¿Qué dices? No puede ser, si ya tiene un mes. Seguro que ha crecido mucho y esto no le vale -dije muy convencida.

-No te preocupes que esta talla es hasta los tres meses, así que tranquila -me explicó mamá.

-Pues no sé, pero me lo estoy probando en el brazo y me queda pequeño -dije intentando colocármelo bien.

Ahí fue cuando mi mamá y la dependienta empezaron a reírse a carcajadas. Bueno. ¡Ya estamos! A saber qué diría o haría que tanta gracia les hizo. Supongo que estaba muy graciosa con el pijamita en el brazo y seguro que era esa la razón de sus risas. Pero preferí no preguntar y devolverle el pijama a la dependienta para que lo envolviese en papel de regalo. 

Al rato salimos de la tienda y quince minutos después llegamos a la casa de Andrea y Jorge, los padres de Naiara. También estaban Silvia y Juan, que eran los abuelos de Naiara y papás de Andrea. Fueron ellos los que nos esperaban en la entrada y nos recibieron con besos y abrazos, al tiempo que nos invitaron a pasar al salón de la casa. Allí encontramos a Andrea con su bebé en brazos. Rápidamente me acerqué para ver a la niña.

-¡Qué bonita! -exclamé al verla.

-Gracias María, para mí es una princesa -dijo Andrea con una sonrisa.

-Claro que lo es y por eso le traemos un regalo. Reconozco que pensé que no le serviría pero ahora, al verla, creo que le va a quedar perfecto -le dije, entregándole el pijamita.

-¡Es precioso! Sois muy amables, muchas gracias -respondió muy contenta.

-¿Puedo acariciarla? -pregunté a su mamá.

-Por supuesto, le encantan los mimos -contestó.

Muy despacio pasé uno de mis dedos por su carita. Era muy suave, y fue en ese momento cuando entendí una de esas expresiones de mayores: “tienes la piel más suave que la de un bebé” Pero me parecía imposible, porque yo nunca había tocado nada tan suave como aquella carita. Lo que afianzaba mi creencia de que la mayor parte de los dichos de los adultos eran sinsentidos.

De pronto, Naiara comenzó a llorar. Me asusté un poco porque creí que era por mi culpa. Pero su mamá me explicó que era su forma de comunicarse. Entonces se acercaron los abuelos y mi mamá, y empezaron a hacerle mimos y carantoñas. Hablaban con unas palabras rarísimas y le hacían muecas extrañas. Normal que llorase, yo también lo haría si me hacen eso ¡Mayores!

En ese momento, Silvia cogió al bebé en brazos. La acarició suavemente, al tiempo que la mecía, y poco a poco, Naiara dejó de llorar. El amor y la dulzura con la que la miraba no era de alguien que no le gustasen los bebés, al contrario, se notaba que le gustaba y mucho. Así que no pude evitar preguntarle porqué no le hacía gracia ser abuela. Después de las risas, me explicó que no era que no le gustase, simplemente que siempre pensó que lo sería cuando fuese vieja.

-Pero eso es una tontería, tú no eres vieja por ser abuela. Además ella tiene mucha suerte porque podrá disfrutar de ti mucho más tiempo e incluso puede que conozcas a sus hijos ¿eso no te gustaría? -le pregunté curiosa.

-Tienes toda la razón María, y ahora sé que es una suerte llegar a ser abuela -me dijo ligeramente emocionada con su pequeña en brazos.

Poco después nos despedimos de ellos y regresamos a casa. Por el camino no pude evitar acordarme de mi abuela. Ella también lo fue siendo joven y para nosotros es la mejor del mundo, una segunda madre para mi hermano y para mí. Creo que la edad no tiene nada que ver para ser abuela y voy a deciros un secreto que me contó una vez la mía: “ser abuela no te hace más vieja, te hace más sabia”.

7 comentarios:

  1. Vayaa cuanto tiempo, por fin María y con una excelente noticia ¿así que eres abuela ya? madre mía cómo pasa el tiempo Lua. me alegro mucho por ti y por tu familia y espero que seais todos muy felices. La historia una vez más insuperable, con nuestra querida María en plan extrovertido y preguntando todo. Espero que muy pronto este diario pueda ser tu segundo libro junto a "los misteriosos sueños de Hugo". Un beso Lúa y encantada de leerte de nuevo.

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    1. Muchas gracias, la verdad es que estamos felices con el nuevo miembro de la familia, y lo de ser abuela no está tan mal jajaja.
      Yo también espero que sea mi nuevo libro, en ello estoy trabajando.

      Un biquiño enorme corazón.

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  2. Que alegría mas grande,saber que volvemos a tener hermosas historias.
    Estoy convencido que Naiara llenará de felicidad a toda la familia y será fuente de inspiración para hermosas historias

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    1. Gracias Carlos, estoy segura de que lo será.

      Muchos biquiños corazón.

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  3. Como siempre, magnífico cuento, desde la magia y la inocencia, María , confirma que ser abuela es maravilloso a pesar de que su creadora en un principio se viera extraña, pero tanto una como la otra, seguro disfrutarán mucho de su nieta y su amiguita recién nacida, besos para Naiara y a toda la familia , y un recuerdo a todas las abuelas del mundo

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    1. Muchas gracias Víctor, es cierto que ser abuela es una experiencia maravillosa...pero todo a su tiempo jajaja.
      Me alegro que te gustase la historia y que pasases un rato divertido leyéndola.

      Muchos biquiños.

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  4. Hermoso ver de nuevo a Maria en escena y tan fresquita como siempre...
    Y por supuesto una presentacion increible para conocer a Naiara.
    Felicidades abu sabes superar lo insuperable

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